miércoles, 28 de enero de 2009

Si tuviese que hacer una evaluación de lo que me ha aportado el blog (como complemento a la asignatura), siendo sincera, no me entusiasmó (como puede apreciarse), sin embargo he seguido con constancia las entradas que se iban publicando en el blog grupal. Sé que es demasiado tarde para decir esto, pero el motivo de que no haya tenido el blog al día, entre otras cosas, es mi inseguridad, y otro motivo que parecerá contradictorio, es que tengo muchas cosas en la cabeza y no consigo escribirlas, transmitirlas, en definitiva, expresarlas. Si de algo he aprendido durante este cuatrimestre (tanto en las clases como fuera de la universidad), es que todos podemos contribuir, aportar algo que no tienen los demás, y que es al fin y al cabo una pequeña huella personal. El hecho de ver que algo “mío” esta a disposición de todos (Internet), me produce un sentimiento de angustia, vergüenza, celos de mi intimidad. Puede parecer egocéntrico, pero no es eso lo que pretendo. Lo que quiero decir es que me he dado cuenta que si todos fuésemos por el camino de no compartir lo que sabemos, no avanzaríamos en ningún sentido.
Esto es una muestra de que quiero cambiar mi actitud, aunque me de mucha vergüenza, en algún momento tendré que romper el hielo.
Me he dado cuenta un poco tarde, aunque nunca lo es demasiado, y más si la idea de este blog entre otras cosas era la autorreflexión de lo que voy aprendiendo.
TEORÍA DEL DESARROLLO CAPITALISTA
Paul M. Sweezy

CAPÍTULO III

EL PROBLEMA DEL VALOR CUANTITATIVO. (Pág. 52 a la 67)


El primer paso
En toda sociedad, es esencial que el trabajo se aplique a la producción y los productos sean distribuidos entre los miembros de la sociedad. Lo que va cambiando a lo largo del tiempo es el modo de organizar y llevar a cabo estas actividades de producción y distribución. Con otras palabras es como lo vino a decir Marx.

El valor de cambio es un aspecto de las leyes que gobiernan la asignación de la actividad productiva en una sociedad productora de mercancías. La tarea del valor cualitativo era descubrir las implicaciones de esta forma de producción, en términos de relaciones sociales y conciencia social.

Las mercancías se cambian unas por otras en el mercado en proporciones precisas; absorben también cierta cantidad de la fuerza de trabajo total disponible en la sociedad. La relación entre estos dos hechos es, como primera aproximación según Marx, la existencia de una correspondencia exacta entre las proporciones del cambio y las proporciones del tiempo de trabajo. Hay dos calificaciones en esto:

- En la determinación del valor no debe tomarse en cuenta más trabajo que el socialmente necesario. El tiempo de trabajo socialmente necesario es el que se requiere para producir un artículo en las condiciones normales de la producción y con el grado medio de habilidad e intensidad comunes en un momento dado (“trabajo socialmente necesario” se refiere a la cantidad de trabajo realizado y no tiene nada que ver con el valor de uso o utilidad).
- El trabajo más calificado que el trabajo medio, debe tener sucesivamente una mayor capacidad de producir valor (“trabajo calificado” entendiéndose como trabajo simple intensificado o multiplicado). La relación entre los dos tipos de trabajo es susceptible de medición independiente de los valores de mercado de sus productos. Hay dos posibilidades:

· Es trabajador calificado por una habilidad natural. La regla aquí sería que la superioridad del más diestro se manifiesta independientemente de la línea de producción en que pueda ser empleado.
· O Bien es trabajador calificado por su entrenamiento superior. Aquí estaría claro que el obrero superior empela en la producción no sólo su propio trabajo, sino también, de una forma indirecta, parte del trabajo de sus maestros a la cual se debe su productividad superior.

En la práctica, las diferencias en la capacidad de producción pueden ser el resultado de una combinación de diferencias en habilidad y entrenamiento.

Los críticos en la teoría de Marx han sostenido que la reducción del trabajo calificado a trabajo simple, implica el razonar en un círculo vicioso.

Un ataque más sustancial a la teoría sería que las diferencias en habilidad natural son más o menos constantes, aún cuando los obreros sean movidos de una línea de producción a otra, aunque hay casos que contradicen esta suposición, como que hay individuos que son muy hábiles en alguna actividad concreta, pero su capacidad productiva en general no resalta de las demás, pero es una excepción.

El papel de la competencia
Ver bajo qué condiciones las proporciones del cambio corresponde exactamente a las proporciones del tiempo de trabajo, con el famoso ejemplo del ciervo y el castor de Adam Smith:

Si en una nación de cazadores, por ejemplo matar a un castor cuesta dos veces el trabajo que matar un ciervo, un castor debería valer o cambiarse por dos ciervos. Es natural que lo que es comúnmente el producto de dos días o dos horas de trabajo, valga el doble de lo que es el producto de un día o una hora de trabajo.

Los cazadores de Adam Smith son lo que Marx hubiera llamado productores simples de mercancías. Una proporción de cambio, como la de un castor por dos ciervos, constituye una situación estable. Es la proporción de cambio la que puede conservar el equilibrio. Para obtener este resultado, es necesario que:

- Los cazadores pueden dejar libremente la caza del ciervo por la del castor, si haciéndolo pueden mejorar su situación.
- Y la otra sería que no hay obstáculos para ese cambio.

Dada esta clase de competencia en una sociedad de producción simple de mercancías, la oferta y la demanda estarán equilibradas sólo cuando el precio de cada mercancía sea proporcional al tiempo de trabajo requerido para producirla, o a la inversa, se establecerán precios proporcionales a los tiempos de trabajo sólo en caso de que las fuerzas competidoras de la oferta y la demanda puedan trabajar libremente.

Marx se ocupa en algunos de sus escritos de “la oferta y la demanda”, como un mecanismo destinado a eliminar las desviaciones entre los precios del mercado y los valores, lo que Oskar Lange llama un “mecanismo equilibrado”, en el momento en que oferta y demanda se equilibran mutuamente, y, cesan de actuar, el precio de una mercancía coincide con su valor real.

3. El papel de la demanda
A Marx se le acusa de haber ignorado el papel de la demanda, en el sentido de las necesidades y deseos de los consumidores, en la determinación de las relaciones de valor cualitativo.

El problema del valor cuantitativo es más amplio que el simple hecho de las proporciones de cambio, incluye un estudio de la asignación cuantitativa de la fuerza de trabajo de la sociedad a las diferentes esferas de la producción en una sociedad de productores de mercancías.

Si se desea conocer tanto la proporción del cambio como la distribución del trabajo, es necesario contar con dos clases de información: el coste relativo en trabajo y la intensidad relativa de la demanda de uno y otro. Sería con esto posible determinar lo que puede llamarse el equilibrio económico general de la sociedad en cuestión. Es un “equilibrio” porque define el estado de cosas que persistirá. Y es “general” ya que se establecen las cantidades de castor y ciervo producidas y la distribución de la fuerza de trabajo de la sociedad.

Marx no trabajó en la dirección de sus contemporáneos, en la elaboración de una teoría de la opción de los consumidores, la demanda social, es decir la que regula el principio de la demanda está condicionada por las relaciones mutuas de las distintas clases y posiciones económicas y que la demanda varía con respecto a las diversas mercancías. En la medida en que se acepta que la demanda del mercado está dominada por la distribución del ingreso, parecería que no se puede escapar del todo a la conclusión de que los problemas del valor deben ser abordados por la vía de las valuaciones subjetivas de los consumidores. La teoría del valor está hecha para tomar en consideración las relaciones productivas peculiares a la producción simple de mercancías.

Marx también se interesa en el proceso del cambio social, más bien en “la ley económica del movimiento de la sociedad moderna, “el modo de producción de la vida material determina el carácter general de los procesos sociales, políticos y espirituales de la vida. No es la conciencia de los hombres la que determina su existencia, sino que por el contrario, su existencia social determina su conciencia”.

Siguiendo con la teoría de la opción de los consumidores, Schumpeter puede servir de ejemplo en su tratado sobre los ciclos económicos, donde observa que los cambios en los gustos de los consumidores no tendrán importancia.

4.”Ley del valor” vs. “principio de planeación”
Lo que Marx llamaba “la ley del valor” resume las fuerzas actuantes en una sociedad productora de mercancías que regula las proporciones del cambio de mercancías, la cantidad producida de cada una y la asignación de la fuerza de trabajo a las diferentes ramas de la producción.

La condición básica para la existencia de una ley del valor es una sociedad de productores privados que satisfagan sus necesidades por el cambio entre ellos. La ley del valor es una teoría de equilibrio desarrollada con referencia a la producción simple de mercancías y después adaptada al capitalismo. Por eso una de las principales funciones es la de aclarar que en una sociedad productora de mercancías existe el orden y no simplemente el caos.

En la medida en que la asignación de la actividad productiva es sometida a un control consciente, la ley del valor pierde su pertinencia y su importancia: el principio de la planeación la sustituye.

5. E valor y el precio de producción
El precio es la expresión monetaria del valor. Los precios de producción son modificaciones de los valores. Los precios de producción se derivan de los valores de acuerdo con ciertas reglas: las desviaciones no son arbitrarias ni carecen de explicación.

La teoría del precio de producción no contradice la teoría del valor.

6. Precio de monopolio
Introducción de elementos de monopolio en la economía dificulta el funcionamiento de la ley del valor como reguladora de las relaciones cuantitativas de producción y de cambio. El control de la oferta por el monopolista le permite aprovecharse de las condiciones de la demanda. Aquí la demanda toma un significado especial y tanto el precio como la cantidad producida son diferentes de lo que serían en un régimen de competencia.

Las relaciones de valor cuantitativo son desequilibradas por el monopolio, sin embargo las del valor cualitativo no, es decir, que la existencia del monopolio en sí misma no altera las relaciones sociales básicas de la producción de mercancías.

Este punto quiere decir que aun bajo condiciones de monopolio podemos seguir midiendo y comparando mercancías en términos de unidades y tiempo de trabajo.